sábado, 23 de marzo de 2019

Ejercicio 10: Fantasía de árbol

Ejercicio 10
Fantasía de árbol






ESTE EJERCICIO es de Lanza del Vasto, un conocido discípulo de Gandhi que fundó una comunidad al sur de Francia, el Arca, según los principios gandhianos.

Sentado, con la espalda derecha y relajada, toma consciencia del cuerpo, parte por parte, y después como un todo…

Permanece respirando, tranquilo…

Tomo consciencia de tu tronco y de la columna vertebral, como un eje vertical que te atraviesa el cuerpo de arriba a abajo…

Ahora escoge, con la imaginación un tipo de árbol, o un árbol concreto, que te guste o te inspire especialmente…

Visualiza mentalmente tu árbol escogido, con toda la riqueza de detalles que quieras: las raíces, el tronco, el ramaje, las hojas…

Ahora identifícate con tu árbol: como si tú entraras en tu árbol y fueras él mismo…

Siente tus raíces adentrándose en la tierra, en todas las direcciones, absorbiendo el alimento y la energía de la tierra y llevándolos hasta la base del tronco…

Recorre ahora mentalmente el interior del tronco que eres… percibiendo la savia llena de vida que recorre… sintiendo la solidez, la firmeza, la fuerza del tronco que tú eres… Ves subiendo por el tronco. Sintiéndolo así, hasta la base de las ramas…

Comienza ahora a recorrer las ramas que salen del tronco en todas direcciones: primeros las más sólidas, y de estas salen otras más pequeñas y frágiles…

Y toma consciencia de las hojas que salen del ramaje en todas las direcciones: alegres, ágiles, expuestas a la luz del sol, la lluvia, el aire…

Ves recorriendo, pues, la copa del árbol en todas direcciones, subiendo cada vez más, hasta llegar al extremo más alto, donde te sugiero que te pares por un momento abriéndote al cielo que tienes encima y a la luz del sol que te ilumina…

A continuación, haz el proceso inverso, muy lentamente:

Vas bajando por la copa del árbol, consciente de la hojas…

Y a continuación por las ramas…

Y ahora por el tronco, sintiéndolo sólido, firme…

Hasta la base, de donde salen las raíces, en todas direcciones, adentrándose en la tierra… absorbiendo el alimento, la vida…

Y de nuevo repites todo el proceso de subir y bajar por el árbol.

Es recomendable hacerlo como mínimo una vez más, para ir pasando a continuación a permanecer en la consciencia global de ser el árbol con el que te identificas, sintiéndote a la vez bien enraizado en la tierra, fuerte en tu tronco y muy abierto, airoso y receptivo en las ramas y hojas de tu copa.

Normalmente, esta meditación proporciona una agradable sensación de integración personal y de armonía con todo lo que nos envuelve, que nos facilita el “perdernos” en el Silencio, en comunión con todo y con todos. Dedicamos, pues, un rato a permanecer en este Silencio…

Este ejercicio está en la línea del que se decía en el ejercicio 9. Permanecer en silencio, contemplando largamente y tranquilamente algún objeto de la naturaleza, es una buena escuela de meditación, siempre que no nos lleve a pensar el objeto de nuestra contemplación sino a sentirlo hasta el punto de vivirnos en él mismo, percibiendo su energía, su vida, su silencio… como si no fuéramos dos.

Sentir la vida, la energía y el silencio de un pájaro posado en una rama, o de un pez nadando plácidamente…


RECUERDA: periódicamente, voy presentando nuevos ejercicios en la Página Principal del blog. Paralelamente, y para tenerlos disponibles juntos, los voy dejando en la página DESPIERTO Y ATENTO.




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