Ejercicio 10
Fantasía de árbol
ESTE EJERCICIO es de Lanza del Vasto, un conocido discípulo de Gandhi
que fundó una comunidad al sur de Francia, el Arca, según los principios
gandhianos.
Sentado, con la espalda derecha y relajada, toma consciencia
del cuerpo, parte por parte, y después como un todo…
Permanece respirando, tranquilo…
Tomo consciencia de tu tronco y de la columna vertebral,
como un eje vertical que te atraviesa el cuerpo de arriba a abajo…
Ahora escoge, con la imaginación un tipo de árbol, o un
árbol concreto, que te guste o te inspire especialmente…
Visualiza mentalmente tu árbol escogido, con toda la
riqueza de detalles que quieras: las raíces, el tronco, el ramaje, las hojas…
Ahora identifícate con tu árbol: como si tú entraras en
tu árbol y fueras él mismo…
Siente tus raíces adentrándose en la tierra, en todas las
direcciones, absorbiendo el alimento y la energía de la tierra y llevándolos
hasta la base del tronco…
Recorre ahora mentalmente el interior del tronco que
eres… percibiendo la savia llena de vida que recorre… sintiendo la solidez, la
firmeza, la fuerza del tronco que tú eres… Ves subiendo por el tronco.
Sintiéndolo así, hasta la base de las ramas…
Comienza ahora a recorrer las ramas que salen del tronco
en todas direcciones: primeros las más sólidas, y de estas salen otras más
pequeñas y frágiles…
Y toma consciencia de las hojas que salen del ramaje en
todas las direcciones: alegres, ágiles, expuestas a la luz del sol, la lluvia,
el aire…
Ves recorriendo, pues, la copa del árbol en todas
direcciones, subiendo cada vez más, hasta llegar al extremo más alto, donde te
sugiero que te pares por un momento abriéndote al cielo que tienes encima y a
la luz del sol que te ilumina…
A continuación, haz el proceso inverso, muy lentamente:
Vas bajando por la copa del árbol, consciente de la
hojas…
Y a continuación por las ramas…
Y ahora por el tronco, sintiéndolo sólido, firme…
Hasta la base, de donde salen las raíces, en todas
direcciones, adentrándose en la tierra… absorbiendo el alimento, la vida…
Y de nuevo repites todo el proceso de subir y bajar por
el árbol.
Es recomendable hacerlo como mínimo una vez más, para ir pasando a
continuación a permanecer en la consciencia global de ser el árbol con el que
te identificas, sintiéndote a la vez bien enraizado en la tierra, fuerte en tu
tronco y muy abierto, airoso y receptivo en las ramas y hojas de tu copa.
Normalmente, esta meditación proporciona una agradable sensación de
integración personal y de armonía con todo lo que nos envuelve, que nos
facilita el “perdernos” en el Silencio, en comunión con todo y con todos.
Dedicamos, pues, un rato a permanecer en este Silencio…
Este ejercicio está en la línea del que se decía en el ejercicio 9.
Permanecer en silencio, contemplando largamente y tranquilamente algún objeto
de la naturaleza, es una buena escuela de meditación, siempre que no nos lleve
a pensar el objeto de nuestra
contemplación sino a sentirlo hasta
el punto de vivirnos en él mismo, percibiendo su energía, su vida, su silencio…
como si no fuéramos dos.
Sentir la vida, la energía y el silencio de un pájaro posado en una rama,
o de un pez nadando plácidamente…
RECUERDA: periódicamente, voy presentando nuevos ejercicios en la Página Principal del blog. Paralelamente, y para tenerlos disponibles juntos, los voy dejando en la página DESPIERTO Y ATENTO.
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