El éxito del fracaso
“El verdadero obstáculo para
una vida interior es el temor a perderse. Llamo perderse al fracaso como ser
humano: no ser tomado en consideración, resultar raro y diferente, no tener el
amor de una mujer ni el respeto de unos hijos, carecer de bienes y amigos,
quedarse solo, incomprendido, perder lo que se ha ganado, ir a menos,
desperdiciar la vida, no ser nadie… Sin correr el riesgo de que todo esto
suceda, y sin que suceda de hecho de alguna forma, no se puede perseverar en el
camino de la vida interior.
Una vida comienza a ser
interesante cuando hay alguien que ante ella se pregunta: pero, ¿no estará
derrochando sus facultades? Pero ¿no será un desperdicio lo que hace? Si una
vida no suscita en alguien esta pregunta es que el sendero por el que transcurre
es demasiado convencional. No es que lo convencional sea pernicioso, claro;
pero nunca, nunca es el camino de Dios. Cualquier vida guiada por Dios resulta
siempre excepcional”.
El olvido de sí, p. 184
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