“A menudo, cuando alguien habla de otros, está hablando de sí
mismo sin darse cuenta. Uno habla de las cosas que le gustaría tener, o de las
cosas que le molestan o le causan inquietud o le provocan. Aun así, cuando
hablo de otros, no me doy cuenta de que en realidad estoy hablando de mí mismo
y de mis problemas. Y, en consecuencia, ello no me lleva a un mayor
conocimiento de mí mismo, sino por el contrario, a negarme a observarme
sinceramente a mí mismo. Cuando uno habla de otros se aparta de la realidad propia.”
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