miércoles, 9 de mayo de 2018

Ejercicio 3: Descubriendo el yo







TE PROPONGO AHORA UN PASO MÁS en el proceso meditativo, asumiendo que has hecho ya un cierto camino en los dos ejercicios anteriores:
Comienza la meditación con las respiraciones profundas…
Toma consciencia ahora del cuerpo, repasándolo parte por parte…
Observa la respiración, tranquila y suave, durante un rato…
Y observando la respiración, como estás haciendo, en la zona del pecho, te propongo que dirijas la atención un poco hacia la derecha: entre el esternón y el pecho derecho, allí donde señalarías para decir “yo”.
Durante unos cuantos días, te sugiero que permanezcas tranquilamente poniendo la atención en este punto de tu cuerpo. Si quieres, porque sientes que te ayuda, puedes repetir, al ritmo de la respiración, como si lo pronunciaras desde este punto mismo del cuerpo: “Yo”…”Yo”…”Yo”…
No se trata, claro, de pensar como soy o qué hago en la vida de cada día, ni siquiera de ponerme trascendente, en el sentido de mi vida, sino simplemente en ser consciente que aquí y ahora, yo soy.
Una vez más, aparecerán pensamientos, imágenes, sentimientos… que tenderán a distraerte la atención. Y una vez y otra, tranquilamente, vas volviendo a conectarla con este punto –el “lugar del yo”- que es como la sede de nuestro centro, aquello que está en la base o en el origen de nuestras decisiones, pensamientos, sentimientos, fantasías, etc.
Es como si cuando te descubres pensando, o sintiendo, o deseando, te dijeras:
“Yo tengo pensamientos, pero no soy los pensamientos. ¿Quién soy yo?
Yo tengo sentimientos, pero no soy los sentimientos. ¿Quién soy yo?
Yo tengo deseos, pero no soy los deseos. ¿Quién soy yo?”
Y la pregunta “¿Quién soy yo? Constantemente te remitiera a un testimonio o trasfondo que está detrás de los pensamientos, sentimientos, deseos, etc., y que no es algo sensible u objetivable, sino la simple consciencia de ser, libre y sin límites.
Hasta ahora estamos haciendo un trabajo de control de la atención, que tiende a estar dispersa, y de aprender a focalizarla en el centro de nuestro ser. Es un trabajo de integración y de centramiento.
Más adelante trabajaremos la expansión interior y la conexión o comunión interior con todos los seres.
Todo y así, pronto comprenderás que querer centrarse en el “yo” es una trabajo bastante estéril, si esperamos que este “yo” se nos muestre como algo abarcable y concreto. Más bien, cuando lo buscamos, se nos escapa y nos convida, imparable, a ir más y más adentro y a expandir más y más los límites interiores que ponemos a este “yo”. Si es este el caso en tu práctica actual, no opongas resistencia y dejar
Te ir en esta tendencia espontanea  de la consciencia a expandirse, porque es hacia aquí que se dirige toda nuestra práctica meditativa.
Antes de acabar este ejercicio, unas palabras referidas al punto físico de concentración, a la derecha del centro del pecho:
En realidad, dicen los entendidos, en la zona del pecho se encuentran tres “modalidades” de corazón: el corazón físico, situado hacia la izquierda; el corazón psíquico, conectado a la afectividad, situado en el centro; y el corazón espiritual, situado más bien a la derecha. Como el Yo profundo está más allá de cualquier punto físico, encontramos que diferentes tradiciones espirituales recomiendan concentrarse en un lugar o en otro: así, la tradición cristiana del hesicasmo, que recomienda la repetición continua del nombre de Jesús, lo hace centrándose a la izquierda, coincidiendo con el corazón físico. Aurobindo, conocido místico y filósofo hindú recomendaba el centro del pecho. En cambio, Ramana Maharsi era partidario de concentrarse en la derecha del pecho.
Para muchas personas, este tipo de meditación les es un camino relativamente fácil y directo hacia el Silencio. En cambio, a otros les resulta excesivamente abstracto y difícil de practicar. Si eres de estos últimos, probablemente te encontrarás más cómodo practicando los ejercicios que comienzan focalizando la atención en algo más concreto que el “yo”.



RECUERDA: periódicamente, iré presentando nuevos ejercicios en la Página Principal del blog. Paralelamente, y para tenerlos disponibles juntos, los iré dejando en la página DESPIERTO Y ATENTO.



No hay comentarios:

Publicar un comentario