Humildad
No es
posible acceder a la verdad sin humildad; la humildad es la puerta de la
verdad. Todo se comprende desde abajo, sólo desde abajo: ésta es la sabiduría a
la que he llegado. ¡Si los filósofos entendieran esto! Lo sabio no es subir,
sino bajar, puesto que el lugar más bajo es siempre el más universal. Nos vamos
quedando progresivamente más solos conforme subimos. Me ha costado mucho
entender que no tengo que ser nada, puesto que ya lo soy; que el proceso por el
que debía encaminarme no consistía en añadir experiencias o conocimientos para
llegar a se, sino precisamente en quitarlas para llegar a descubrir a quien ya
era y a quien durante tanto tiempo había ignorado. Según he comprendido, estos
son los dos presupuestos básicos con que se puede vivir: yo no soy y tengo que
sumar para poder ser; yo ya soy y tengo que restar para descubrirlo. Quizá haya
alguien a quien sirva esta anotación.
Cuando
he profundizado en mí mismo he descubierto que soy, fundamentalmente, angustia
y egocentrismo. Esto no me gusta y, por eso, he pasado mucho tiempo tratando de
ocultármelo. Toda nuestra vida suele ser, a menudo, un simple encubrimiento de
la verdad. Por eso tantas personas se dedican a divertirse, por eso no quieren
parar. El hombre odia la verdad porque le descubre tal cual es.
El olvido de sí, p.
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