sábado, 30 de mayo de 2020

Cuento 24: No cambies






NO  CAMBIES

Durante años fui un neurótico.
Era un ser angustiado, deprimido y egoísta.
Y todo el mundo insistía en decirme que cambiara.
Y no dejaban de recordarme lo neurótico que yo era.

Y yo me ofendía, aunque estaba de acuerdo con ellos, y deseaba cambiar, pero no acababa de conseguirlo por mucho que lo intentara.

Lo peor era que mi mejor amigo
tampoco dejaba de recordarme
lo neurótico que yo estaba.
Y también insistía en la necesidad de que yo cambiara.

Y también con él estaba de acuerdo,
y no podía sentirme ofendido con él.
De manera que me sentía impotente
 y como atrapado.

Pero un día me dijo:
«No cambies. Sigue siendo tal como eres.
En realidad no importa que cambies o dejes de cambiar. Yo te quiero tal como eres
 y no puedo dejar de quererte».

Aquellas palabras sonaron en mis oídos como música: «No cambies. No cambies. No cambies... Te quiero...».

Entonces me tranquilicé. Y me sentí vivo.
Y, ¡Oh, maravilla!, cambié.

Ahora sé que en realidad no podía cambiar hasta encontrar a alguien que me quisiera, prescindiendo de que cambiara o dejara de cambiar.

¿Es así como Tú me quieres, Dios mío?



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