NO
CAMBIES
Durante años fui un neurótico.
Era un ser angustiado, deprimido y egoísta.
Y todo el mundo insistía en decirme que cambiara.
Y no dejaban de recordarme lo neurótico que yo era.
Y yo me ofendía, aunque estaba de acuerdo con ellos, y deseaba cambiar,
pero no acababa de conseguirlo por mucho que lo intentara.
Lo peor era que mi mejor amigo
tampoco dejaba de recordarme
lo neurótico que yo estaba.
Y también insistía en la necesidad de que yo cambiara.
Y también con él estaba de acuerdo,
y no podía sentirme ofendido con él.
De manera que me sentía impotente
y como atrapado.
Pero un día me dijo:
«No cambies. Sigue siendo tal como
eres.
En realidad no importa que cambies o
dejes de cambiar. Yo te quiero tal como eres
y no puedo dejar de quererte».
Aquellas palabras sonaron en mis oídos como música: «No cambies. No cambies. No cambies... Te quiero...».
Entonces me tranquilicé. Y me sentí vivo.
Y, ¡Oh, maravilla!, cambié.
Ahora sé que en realidad no podía cambiar hasta encontrar a
alguien que me quisiera, prescindiendo de que cambiara o dejara de cambiar.
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