Los discípulos tenían
multitud de preguntas
que hacer acerca de Dios.
Les dijo el Maestro:
«Dios es el Desconocido y el Incognoscible.
Cualquier afirmación acerca de Él,
cualquier respuesta a vuestras preguntas,
no será más que una distorsión de la Verdad».
no será más que una distorsión de la Verdad».
Los discípulos quedaron
perplejos:
«Entonces, ¿por qué hablas sobre Él?».
«¿Y por qué canta el pájaro?», respondió el Maestro.
El
pájaro no canta porque tenga una afirmación que hacer. Canta porque tiene un
canto que expresar. Las palabras del alumno tienen que ser entendidas. Las del
Maestro no tienen que serlo. Tan sólo tienen que ser escuchadas, del mismo modo
que uno escucha el viento en los árboles y el rumor del río y el canto del
pájaro, que despiertan en quien lo escucha algo que está más allá de todo
conocimiento.
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