Le preguntaron en cierta ocasión a Buda:
«¿Quién
es un hombre santo?».
Y Buda respondió: «Cada
hora se divide en cierto número de segundos, y cada segundo en cierto número de
fracciones. El santo es en realidad el que es capaz de estar totalmente
presente en cada fracción de «segundo».
El guerrero japonés fue apresado
por sus enemigos y encerrado en un
calabozo.
Aquella noche no podía conciliar el
sueño,
porque estaba convencido de que a la
mañana siguiente
Entonces recordó las palabras de su
Maestro Zen:
«El
mañana no es real. La única realidad es el presente».
De modo que volvió al presente... y se
quedó dormido.
El
hombre en el que el futuro ha perdido su influencia se parece a los pájaros del
cielo y a los lirios del campo. Fuera preocupaciones por el mañana. Vivir
totalmente en el presente: he ahí al hombre santo.
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