Ejercicio 17
El ejercicio que ahora
haremos y el próximo, antes que transcender el yo individual, lo incluyen, haciendo
un trabajo curativo e integrador: se basa en la descripción de los diferentes chacras
o centros de energía que nos hace el yoga, abriendo cada uno de ellos y
trabajando, consecuentemente, aquella determinada parte de nuestra persona que
aquel chacra regula o canaliza.
La sabiduría del yoga
nos dice que los chacras (palabra sánscrita que quiere decir “rueda”) son a la
vez centros de energía y de consciencia que regulan y canalizan la energía
psíquica que afecta las diferentes facetas de nuestra vida.
Pese a que hay muchos
centros de energía psíquica o chacras, se suele hablar de siete chacras
principales:
1. El primer chacra está situado en la base de la columna vertebral, o
mejor, al perineo y se le atribuye el color rojo. Sería el que hace referencia
al ser material que somos y que nos conecta, por tanto, con el mundo de la materia: este chacra regula nuestra
relación con la materia y aquello que la simboliza, como es el dinero.
2. El segundo chacra está justo encima de los genitales y se suele
visualizar de color naranja. Es el centro que canaliza y expresa la energía sexual. Nos conecta, por tanto,
con la propia especie, la humana. Determinados miedos referidos a la sexualidad
se expresan en bloqueos energéticos en este centro. Abriéndolo conscientemente
ayudará, por tanto, a resolver aquellos miedos.
3. El tercer chacra se encuentra en la zona del ombligo y se le atribuye
el color amarillo. Es el chacra de la sensualidad:
estaría, pues, relacionado con todo lo que hace referencia al placer que nos
puede llegar por cualquiera de los sentidos.
En este centro energético encontramos las emociones en su expresión más
básica –a menudo escondidas en el inconsciente y aflorando a la superficie a
través de síntomas físicos –como la alegría, el miedo, la tristeza, la ira, o
el amor (expresado en este centro como el deseo o tendencia a la aproximación
al otro, que culminaría en el emparejamiento).
4. El cuarto chacra lo situamos en la zona del pecho (toda la zona del
corazón, que abarca el corazón físico –hacia la parte izquierda-, el psíquico
–en el centro del pecho- y el espiritual –hacia la derecha del pecho-) y lo
visualizamos de color verde. Es el centro energético relacionado con la
consciencia del yo y de la afectividad.
Canaliza el amor en tanto que sentimiento de afecto.
5. El quinto chacra está situado en el cuello, en la zona de la garganta,
y se le atribuye el color azul oscuro. Lo definimos como el chacra de la expresión del ego, porque es el centro
que regula la expresión del ser individual de cara al exterior (la voz se
produce en esta zona del cuerpo). Está conectado de manera especial con el
resto de chacras anteriores, de tal manera que si este centro está abierto o
relajado, ayuda a los otros a abrirse o relajarse; y a la inversa: acusa los
bloqueos o tensiones que pueda haber en los centros más bajos.
6. El sexto chacra lo situamos en el entrecejo y le atribuimos el color
morado. Este centro regula la actividad
mental –intelecto-, al mismo tiempo que está conectado con la intuición y
las facultades que llamamos “paranormales o de la mente superior” (por eso hay
quien se refiere al él como “el tercer ojo”).
7. El séptimo chacra lo situamos sobre la parte alta de la cabeza, y
sería de color blanco brillante o dorado. Es el centro del amor altruista. Es el centro que nos conecta con todo el universo
haciéndonos sentir como parte de un todo, vinculados por una realidad difícil
de definir que frecuentemente llamamos “amor”.
Pese a que la experiencia espiritual transciende
el nivel de las energías psíquicas en que se da la actividad de los siete
chacras, hay tres que tienen un papel especial: como si tuvieran también una
cierta relación con el despertar o la consciencia espiritual, de tal manera que
la concentración en estos centros ayuda a aquella consciencia, y a la inversa,
la consciencia espiritual tiene también ciertas repercusiones en estos tres
centros energéticos.
Los tres chacras son los siguientes: 1) El
cuarto, el del corazón, que nos lleva a tomar consciencia del Absoluto como
Presencia. 2) El sexto, el del entrecejo, que lleva tomar consciencia del
Absoluto como Luz. 3) El séptimo, el de arriba del todo, que nos abre al Amor
Universal como consciencia de No-Dualidad, y que se expresa concretamente en
este chacra como una Fuerza que viene de arriba.
De aquí que muchos maestros espirituales
insistan básicamente en la concentración en estos tres centros, en vistas al
despertar espiritual.
En este punto de nuestro proceso meditativo –si
lo has ido siguiendo- puede serte útil la práctica del siguiente ejercicio:
Comienza, como siempre, por unas cuantas
respiraciones profundas y la consciencia corporal…
Ahora practica durante unos minutos lo que
aprendimos en el ejercicio 5. Imagina que te abres a la energía que viene de
arriba, cuando inspiras, entrando por la parte alta de la cabeza, y,
atravesando toda la columna vertebral, déjala marchar por la parte baja del
tronco a tierra. Y al expirar imagina que dejas circular la energía por la
parte delantera del tronco, yendo desde el suelo hasta arriba de tu cabeza…
Permanece, pues, haciendo este circuito energético durante un rato…
Comienza ahora a detenerte, durante la
expiración, en el primer chacra –el que te conecta con la materia- en la base
de la columna, visualizándolo de color rojo y imaginando que lo abres más y más
a la libre circulación de la energía que has inspirado, dejando que salga por
este centro, hacia adelante o en todas las direcciones.
Después de algunas respiraciones, pasa a
concentrarte en el segundo chacra –el de la sexualidad- sobre los genitales,
visualizándolo de color naranja, y haciendo como si lo abrieras también en cada
expiración…
Pasa ahora al tercer chacra –el de la
sensualidad- a la altura del ombligo, imaginándolo de color amarillo, y
abriéndolo también a la energía que te llega de abajo y que proyectas hacia
adelante o en todas las direcciones…
Y a continuación haces lo mismo con el cuarto
chacra –el del corazón, en la zona del pecho- de color verde, abriéndolo más y
más…
Y ahora te concentras en el quinto chacra –el de
la expresión del ego- a la altura de la garganta, de color azul oscuro. Siente
que relajas y abres más y más esta parte, dejando que la energía circule
libremente y se proyecte hacia afuera…
Pasa a continuación al sexto chacra el de la
frente- de color morado. Ábrelo más y más a la energía que respiras…
Y ahora toma consciencia del último chacra
–sobre la cabeza-, de color blanco brillante, sintiendo que aquí la energía se
expande en todas las direcciones, que tu consciencia también se expande, que tú
también te expandes, que todo es simplemente Uno… Paz… Plenitud… Silencio…
Puedes repetir este circuito más de una vez –si
así lo sientes-, al mismo tiempo que puedes detenerte en cada centro el tiempo
que quieras.
Sí que es aconsejable que si te decides a
explorar la bondad de este ejercicio, no lo pases rápidamente, sino que lo
hagas unos cuantos días seguidos, ya que es un ejercicio laborioso en el que
los primeros días trabajarás principalmente con la imaginación, pendiente,
además, de hacerlo correctamente. Sólo con una cierta práctica continua
constatarás que cuando hablamos de energía
o de abrir los chacras experimentas
algo más que imaginación. Y que la integración o los efectos terapéuticos son
reales.
RECUERDA: periódicamente, voy presentando nuevos ejercicios en la Página Principal del blog. Paralelamente, y para tenerlos disponibles juntos, los voy dejando en la página DESPIERTO Y ATENTO.
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