Anselm
Grün
Guardamos silencio
Bien vale el libro de Grün “Elogio del silencio” por esta
atinada intuición y, a la vez, brújula en la búsqueda de la experiencia de
Dios. No buscar resultados ni experiencias. Es la experiencia de la
no-experiencia. Yo no determino la experiencia de Dios. Sólo me pongo a
disposición –ámbito de silencio- para que Dios se muestre como quiera hacerlo.
Y eso no depende de mi curriculum, ni
de méritos propios, ni de acciones por las que crea atraer a Dios. “Estamos,
sencillamente, delante de él y guardamos silencio”. Silenciamiento y
quietud. El camino de la meditación.

Aunque
tengamos a punto ese ámbito del silencio que hay en nosotros, no podemos forzar
una experiencia de Dios. Sólo podemos percibir vacío y oscuridad. (…)

A dios no
tenemos que mostrarle nada: ni pensamientos edificantes ni sentimientos
piadosos. Estamos, sencillamente, delante de él y guardamos silencio.
Mantenemos nuestro corazón vacío en su presencia para dejar que nos colme de su
amor indecible e indescriptible con palabras. Guardamos silencio delante de
Dios y esperamos. No sabemos si Dios vendrá y nos acogerá. Sólo sabemos por la
fe que Dios está ahí, aunque no lo experimentemos. Persistir y esperar,
mantener también la no-experiencia en la oración, abandonar la tierra firme de
los pensamientos y las imágenes, entregarse al amor de Dios, abrirse a la
presencia de Dios, sin tener la certeza de que vamos a percibir algo de ella…:
en eso consiste el silencio para los monjes.

Elogio del silencio, p. 104-106
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